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Fernada Perry

El ego del arquitecto

Ayer me senté a ver el último anuario de Axxis, este año resolvieron organizarlo de clima caliente a frío. Es decir, empiezan con exuberantes casas abiertas, con enormes y sofisticadas piscinas y terminan con costosos apartamentos en Bogotá con originales chimeneas. Como siempre hay cosas que me gustan, otras no tanto. Muchas me parecen feas, otras las admiro y trato de descifrar el material y el detalle. Pocas veces en este tipo de libros sacan planos, entonces entender el proyecto es un reto, porque las fotos de arquitectura son como las modelos, todo se trata de ser fotogénico, buscar un buen ángulo, tener linda luz y una producción impecable. No conozco un arquitecto que no critique y yo no soy la excepción y más cuando se trata de proyectos nacionales. No debería ser siempre así, pero nos educaron a punta de críticas; no pretendan que no respondamos de la misma forma.


Pero no voy hablar de educación, ni de lo que pienso acerca de los libros de arquitectura, eso será en otra vida. Todo esto va a mi análisis detrás de este libro, lo que realmente hay detrás de esas obras. La fotos muestran casas increíbles pero casi nadie piensa en el proceso que hubo. En esas casas hay goteras, puertas que cierran mal, sifones mal puestos, pisos levantados, grietas, presupuestos descachados, atrasos por culpa del clima, conflictos con los permisos de construcción y así puedo seguir hasta llenar dos páginas de Word en letra chiquita. Igual siempre alguien dirá cuando vea una falla “yo no entiendo por qué los arquitectos no pensaron en eso”. Todo esto es lo que coloquialmente en el gremio se llama "chicharrón". Y no es precisamente el chicharrón con el que sueño almorzar, este chicharrón es el grave problema de las obras que apenas lo identificamos creemos que no tiene remedio y es el fin de mundo. Pero cuando lo solucionamos nos creemos dioses! Por eso los arquitectos tenemos el ego inflado, Maradona es un idiota al lado nuestro. Los arquitectos brillamos tanto que nos toca vestirnos de negro para disimularlo.


Detrás de todos estos chicharrones está el tema mayor: El cliente! Son estos personajes dueños de la chequera que están poniendo sus ahorros, sueños, ambiciones, energía y futuro en nuestras manos. Algunos son más amables y tolerante que otros, pero todos tienen referentes, Pinterest y primos, amigos, tíos o socios que opinan y saben más que todos. El verdadero chicharrón es ese: poder entender, manejar, interpretar y respetar a los “paganinis”. A veces provoca ahorcarlos, otras besuquearlos por generosos (pocas veces, pero pasa). Pero con el tiempo he ido entendiendo que muchas veces tienen mejores ideas que uno y es muy duro aceptarlo. En ese momento el ego de arquitecto se aplasta y se empieza a trabajar en equipo con el cliente, ahí es cuando el proyecto tiene mejor resultado. Suena un panorama utópico, pero ese es el que uno debería buscar para vivir tranquilo.


Aynd Rand me va jalar las patas esta noche por lo que estoy diciendo. Con su libro "El Manantial" plantea básicamente que seamos intransigentes con nuestras ideas y no “copiemos” otras obras, con lo que estoy de acuerdo. Este es uno de mis libros favoritos, pero definitivamente llegar al extremo de ser auténtico, intransigente y no ver lo que pasa al lado es un pensamiento cerrado y egoísta; no es coherente con el trabajo en equipo. El reto es oír la cliente, al maestro de obra (ellos siempre tienen la razón), la ciudad y otros tantos personajes que hacen parte de los proyectos. Está claro que la idea no es copiar, ni ser un dibujante sumiso que copia y pega. Hay que diseñar, proyectar, construir responsablemente, de una forma abierta para que los chicharrones puedan ser compartidos; así saben mejor.


Detrás de este libro de Axxis hay casas con grietas, goteras, conflictos etc… y una manada de arquitectos llenos de conflictos, contradicciones, con egos inflados y complejidades, porque lo que sí se, es que no conozco al primer buen arquitecto tranquilo y sencillo. A veces parece que la palabra practicidad no estuviera en nuestro diccionario.


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